Congreso Arte y Ciencia

Una de las primeras decisiones totalmente autónomas que toma un adolescente en la actualidad radica en orientar sus estudios universitarios, si es que desea cursarlos.
Por un lado, se encuentra con la técnica y las ciencias naturales, como bastiones construidos sobre un método de confianza, sólido. Por el otro, se encuentra con las humanidades y las artes, aparentemente más abiertas, pero también más volubles y subjetivas. Todos los preuniversitarios han chocado con esta situación, planteada como una división de caminos prácticamente irreversible.
¿Ha sido esta la norma siempre?
La Historia nos enseña que no. Las universidades medievales ofrecían un currículo que, aunque dividido en varias disciplinas, pretendía aportar al estudiante una imagen general del conocimiento antes de que se adentrara en estudios más especializados. El advenimiento del Renacimiento hizo aún más hincapié en la importancia de que los intelectuales dominaran varios campos de conocimiento. Esta actitud permitió el surgimiento de polímatas como Leonardo da Vinci, Antonio de Nebrija o Hildegarda de Bingen.
Sin embargo, hoy en día existen pocas figuras que nos recuerden a estos grandes maestros. Una idea generalizada es que, al producirse un crecimiento exponencial de la investigación y, por tanto, del conocimiento disponible, se ha hecho necesario compartimentalizarlo más. Así, los sabios de nuestro siglo están hiperespecializados en un campo.
Pero… ¿es posible abrir nuestros pequeños rincones de saber a otros lugares?
Tenemos la certeza de que, aunque arte y ciencia son formas de conocer y expresar la realidad mediante ópticas distintas, no son en absoluto incompatibles. De hecho, creemos firmemente que la intersección de ambas aporta un mayor valor a la vida humana de lo que haría cada una por separado. Para demostrar esta tesis, contamos con la experiencia de nuestros conferenciantes: personas en las que lo artístico y lo científico contribuyen a una unidad fluida. Confiamos en que podremos trasladarnos, desde los detalles específicos de sus biografías, hasta las reflexiones, ideas y actitudes clave que permiten una relación fructífera entre arte y ciencia.
Información del evento
Tipo de evento
Hora
Fecha
Coste
Dirección
Tipo de evento
Hora
Fecha
Coste
Dirección
Una de las primeras decisiones totalmente autónomas que toma un adolescente en la actualidad radica en orientar sus estudios universitarios, si es que desea cursarlos.
Por un lado, se encuentra con la técnica y las ciencias naturales, como bastiones construidos sobre un método de confianza, sólido. Por el otro, se encuentra con las humanidades y las artes, aparentemente más abiertas, pero también más volubles y subjetivas. Todos los preuniversitarios han chocado con esta situación, planteada como una división de caminos prácticamente irreversible.
¿Ha sido esta la norma siempre?
La Historia nos enseña que no. Las universidades medievales ofrecían un currículo que, aunque dividido en varias disciplinas, pretendía aportar al estudiante una imagen general del conocimiento antes de que se adentrara en estudios más especializados. El advenimiento del Renacimiento hizo aún más hincapié en la importancia de que los intelectuales dominaran varios campos de conocimiento. Esta actitud permitió el surgimiento de polímatas como Leonardo da Vinci, Antonio de Nebrija o Hildegarda de Bingen.
Sin embargo, hoy en día existen pocas figuras que nos recuerden a estos grandes maestros. Una idea generalizada es que, al producirse un crecimiento exponencial de la investigación y, por tanto, del conocimiento disponible, se ha hecho necesario compartimentalizarlo más. Así, los sabios de nuestro siglo están hiperespecializados en un campo.
Pero… ¿es posible abrir nuestros pequeños rincones de saber a otros lugares?
Tenemos la certeza de que, aunque arte y ciencia son formas de conocer y expresar la realidad mediante ópticas distintas, no son en absoluto incompatibles. De hecho, creemos firmemente que la intersección de ambas aporta un mayor valor a la vida humana de lo que haría cada una por separado. Para demostrar esta tesis, contamos con la experiencia de nuestros conferenciantes: personas en las que lo artístico y lo científico contribuyen a una unidad fluida. Confiamos en que podremos trasladarnos, desde los detalles específicos de sus biografías, hasta las reflexiones, ideas y actitudes clave que permiten una relación fructífera entre arte y ciencia.